La inmigración ha existido siempre. El desplazamiento de personas ya sea por motivos económicos, laborales, familiares, etc. no es un descubrimiento de la actualidad.
La inmigración, en pocas palabras, es la entrada de personas a un país que nacieron en otro lugar movida por diferentes razones o causas.
Hoy en día, oímos y vemos diversas noticias sobre la llegada de inmigrantes a "nuestras costas" y, por lo general, la sensación que tenemos es de indiferecia o rechazo. Pero, ¿porqué se producen dichas actitudes?
La falta de información desde primera linea puede ser uno de esos causantes. La sociedad debe reaccionar ante este tema y movilizarse para la ayuda de los seres humanos que desenbarcan o aterrizan en "nuestro país", cargados de sueños pero con muy pocas posibilidades de cumplirlos. El inmigrante, por lo general, a llegar a territorio "extraño" se encuentra aturdido o desubicado, desinformado, se encuentra ante la situación de que es un persona ILEGAL. Pero, ¿como puede ser una persona ilegal tan sólo por querer estar en un pedazo de tierra en el que no ha nacido?
Una persona puede cometer un acto ilegal, pero la persona en si no es ilegal, es un individuo igual que todos nosotros, con aspiraciones, inquitudes, miedos e ilusiones. Ilusiones, muchas veces rotas durante el trayecto (en patera) debido al shock que produce pasar tantos días en las codiciones inhumanas en las que son traidos hasta tierra firme.
Nos hemos acostumbrado a estar sordos, ciegos y mudos ante este tema (y muchos otros) y parecer conformes con todo lo que se dice o hace al respecto, ya que, para muchas personas de este país, los inmigranges son un cero a la izquirda, nada de su incunvencia, simplemente una picadura en la espalda que de vez en cuando escuece (cuando nos interesa), pero que, bajo un poco de crema desaparece "superficialmente". Claro que... siempre sigue ahí debajo.
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